"Gracias a las enseñanzas aprendidas en ATC, Juan Diego se ha venido superando de manera constante, reforzando su confianza y autoestima."
Para mi esposa Catalina y para mí, como padres de nuestro hijo Juan Diego Muñoz Contreras, es un gusto y un honor rendir testimonio de la importancia que ha significado para el desarrollo de Juan Diego la práctica de esta disciplina, desde los 5 años de edad, cumpliendo hasta la fecha 11 años de práctica de manera disciplinada e ininterrumpida.
Desde sus primeros años de edad, nos pusimos en la tarea de apoyar a Juan Diego para que mejorara sus destrezas motoras, cuyas dificultades fueron diagnosticadas por médicos neurólogos, psiquiatras y especialistas de terapia ocupacional y fonoaudiología. Éramos conscientes de nuestra obligación de padres, en el sentido de brindarle todas las herramientas que lo ayudarán a superarse, para que se pudiera desempeñar correctamente en cada una de las actividades propias de su edad, y le permitieran a la vez relacionarse mejor con sus amigos.
Es aquí donde decidimos que Juan Diego se debía fortalecer en su aspecto físico y emocional, encontrando en ATC una alternativa para ayudarlo a lograr este propósito. Gracias a las enseñanzas aprendidas, con el paso del tiempo se ha venido superando de manera constante, reforzando su confianza y autoestima.
Como familia, compartimos los valores de “Confianza, Respeto, Disciplina y Control” que promueve ATC en sus programas de educación. Mirando todo este proceso en retrospectiva, nos damos cuenta que tomamos una excelente decisión; y seguimos apoyando y alentando a Juan Diego para que continúe haciendo del Tae Kwon Do una parte de su vida.
Muchas gracias por apoyarnos en la educación y formación de nuestro hijo Juan Diego.
Rubén Darío Muñoz B. y Catalina Contreras Castillo
Padres de Juan Diego Muñoz Contreras
Cinturón Negro I DAN ATC